Este jueves, 12 de marzo, se celebra el Día Mundial del Glaucoma. Esta enfermedad ocular se caracteriza por la pérdida progresiva de las fibras nerviosas del nervio óptico. Al inicio, la enfermedad suele ser asintomática, y los defectos en el campo visual y la pérdida progresiva de visión aparecen en una fase más avanzada de su evolución.

En la mayoría de los casos, esta afectación está relacionada con la presión intraocular elevada, que también puede dañar el nervio óptico directamente. Sin embargo, dado que existen casos de glaucoma con presión intraocular baja o normal, hay que descartar otras afectaciones sistémicas, como por ejemplo la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y la obesidad.

En cuanto a la relación entre el glaucoma y el Síndrome de Apnea e Hipoapnea durante el Sueño (SAHS), queda todavía mucho por investigar. El SAHS es un trastorno común que se caracteriza por episodios recurrentes de hipoxemia secundarios a episodios repetidos de colapso total o parcial de la vía aérea superior durante el sueño.

Existe un creciente reconocimiento de que el SAHS, debido a su hipoxemia, se asocia a una mayor incidencia de ciertos procesos oftalmológicos. Este tema ha suscitado un gran interés entre la comunidad oftalmológica y, como fruto de este, hoy se conoce más acerca de las manifestaciones oculares del SAHS.

Los trastornos oculares que se han asociado al SAHS son el síndrome del párpado flácido, la neuropatía óptica isquémica no arterítica y el glaucoma. Por tanto, el conocimiento de estas asociaciones por parte del oftalmólogo, el médico de familia y el especialista en trastornos del sueño es necesario para un mejor diagnóstico y tratamiento de estos pacientes. En consecuencia, se debe seguir investigando en esta línea para aclarar si el SAHS es un factor de riesgo independiente para el glaucoma.