Fecha de publicación
1 mayo 2020
El argón es un gas noble incoloro, inodoro y con baja reactividad química en condiciones normales. Su estado natural es gaseoso, pero también puede licuarse o solidificarse con facilidad. Fue descubierto en 1894 por el británico William Ramsey y se utiliza en ámbitos tan dispares como el industrial, el marítimo o el cultural.
Estos son solo algunos de sus usos curiosos:
- En los cerramientos como ventanas, para mejorar el aislamiento tanto térmico como acústico.
- Algunas bombillas y lámparas llevan argón en su interior para proteger los filamentos del aire, alargar su vida y dar un tono azulado a la luz.
- Sirve para inflar los trajes secos de buceo, ya que tiene mayor densidad que el aire y permite que las fibras del traje se mantengan más secas, además de favorecer un mejor aislamiento térmico.
- Museos y centros documentales utilizan la anoxia (ausencia de oxígeno) para la conservación de su patrimonio: libros, documentos, obras de arte... En su lugar, usan argón, que no es tóxico y evita la aparición de insectos.
- Se usa como gas de protección (TIG) o en mezclas con otros gases (MIG) para la soldadura de algunos metales.
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Fuente: redacción propia.