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Aspiración de secreciones
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Aspiración de secreciones
El aspirador de secreciones es un dispositivo con un compresor que crea una presión negativa o de vacío (succión). Este equipo dispone de varias piezas:
Al final del tubo de conexión, se coloca el catéter de succión, que dispone de un orificio de ventilación y que actúa como válvula de control. Con la colocación del dedo sobre este orificio se puede controlar la succión.
Conectar el tubo corto de plástico entre la botella y el aspirador. Se recomienda colocar un filtro a este nivel para proteger el aspirador de secreciones respiratorias.
Conectar el tubo largo de plástico al conector que va a la botella.
Enchufar el equipo.
Encender el equipo y tapar el final del tubo largo de conexión. Ajustar el regulador al valor de vacío recomendado. En sentido horario, se incrementa la succión; en sentido antihorario, se disminuye.
Comprobar la presión negativa. Para ello, pinzar el tubo de conexión y mirar la lectura del manómetro. Si la aguja no alcanza la presión deseada, comprobar que todas las conexiones están bien ajustadas. Si, a pesar de ello, no se consigue la presión esperada, girar la rueda de ajuste hasta que la aguja del manómetro marque la presión pertinente.
Según el tipo de aspiración, deben seguirse unos pasos concretos para el uso del equipo. A continuación, se explica el procedimiento con detalle.
Lavarse las manos y ponerse guantes.
Acoplar un catéter de aspiración limpio al tubo de aspiración.
Introducir el catéter en la boca del paciente cuidadosamente.
Avanzar el catéter lentamente hacia el fondo de la boca. Esto puede producir arcadas o tos. En ese caso, se puede utilizar una mascarilla y/o gafas protectoras. Esperar a que el paciente se recupere antes de continuar.
Mientras se retira el catéter lentamente, aplicar succión intermitente poniendo y quitando el dedo pulgar sobre el orificio de la ventilación. No succionar más de 15 segundos seguidos. Si se provoca irritación en las vías aéreas y tos en el paciente, parar el proceso hasta que se recupere.
Lavarse las manos y ponerse guantes de un solo uso.
Acoplar un catéter de aspiración limpio al tubo de aspiración.
Insertar el catéter cuidadosamente en la tráquea (entre 7 y 10 cm).
Aspirar al mismo tiempo que retire el catéter de las vías respiratorias. No aspirar más de 10-15 segundos.
Repetir el procedimiento hasta que las vías respiratorias queden limpias.
Se puede utilizar el mismo catéter para aspirar la boca y la zona de alrededor del tubo traqueal. Una vez se haya utilizado para aspirar estas zonas, no se puede volver a usar para aspirar la tráquea.
Lavarse las manos y ponerse los guantes desechables.
Desconectar los tubos y enjuagarlos succionando agua caliente a través de ellos.
Quitar la tapa de la botella colectora de secreciones y separarla del equipo para evitar humedecer el filtro bacteriológico.
Vaciar y limpiar la botella, como mínimo, una vez al día, o siempre que las secreciones alcancen la línea de la botella. Los fluidos deben ser eliminados tirándolos por el retrete, no por el fregadero.
Lavar la botella y la tapa con agua caliente y detergente, enjuagarlas y secarlas por fuera con un trapo limpio antes de volver a colocarlas. Un equipo sucio o contaminado es una fuente de infecciones respiratorias.
El tubo de conexión largo se debe sustituir como mínimo mensualmente, o siempre que no pueda ser enjuagado correctamente.
Acordarse de que la aspiración se debe realizar con cuidado y solo si hay presencia de secreciones. En caso contrario, puede causar lesiones o irritar las vías respiratorias del paciente.
No enchufar el equipo en tomas de corriente húmedas, ni utilizar el equipo mojado.
Colocar el equipo sobre una superficie estable y plana, como una mesa. En el suelo, alguien podría tropezar.
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