Gases alimentarios
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Los gases alimentarios están especialmente diseñados para intervenir en el proceso de producción de los alimentos y bebidas y contribuir a su conservación. Para mantener inalterables las cualidades organolépticas y nutritivas de los alimentos y bebidas es indispensable garantizar la máxima calidad y pureza de los gases que intervienen en este proceso, desde el inicio hasta su distribución y consumo por el cliente final.
OXIGEN salud suministra los gases en recipientes criogénicos para gases licuados o en botellas a alta presión de distintas capacidades, según corresponda para cada aplicación y consumo.
Las aplicaciones de los gases alimentarios van desde el envasado MAP hasta la elaboración de aceite o zumos, entre otros.
El envasado en atmósfera protectora (MAP) sustituye el aire del interior del envase con una mezcla protectora de gases que permite conservar los alimentos frescos durante más tiempo.
El principal enemigo para la conservación de los alimentos es el oxígeno; su presencia se combate con el uso de nitrógeno.
OXIGEN salud ofrece un gas alimentario o mezcla adecuada para cada producto. Es por eso que propone una composición exacta de cada mezcla de gases y recomienda una aplicación concreta para la conservación de los alimentos, ya sea para su envasado o para su refrigeración.
OXIGEN salud suministra nitrógeno y argón, dos gases que se pueden utilizar para la inertización en los procesos de almacenaje de las aceitunas, triturado y amasado. Estos gases también pueden ser empleados para la desoxigenación en la mezcla y la homogeneización del aceite.
Posteriormente, el nitrógeno y el argón facilitan la inertización en el almacenaje y el embotellado del aceite. Estos gases inertes sustituyen el aire que puede haber quedado en los contenedores, evitan que se desarrollen procesos de oxidación y ayudan a preservar el sabor y el aroma del aceite.
El nitrógeno y el dióxido de carbono para la congelación de los alimentos ayudan a conservar el buen sabor de los productos refrigerados y evitan que estos se resequen.
El uso de nitrógeno reduce hasta un 2% la presencia de oxígeno dentro de las bolsas de productos envasados, prolonga su vida útil y conserva sus propiedades originales de sabor, aroma y textura. Ayuda a mejorar la calidad de los alimentos durante más tiempo.
Los zumos de frutas están sujetos a múltiples alteraciones bioquímicas, enzimáticas y microbiológicas por la acción indeseada del oxígeno que provoca la pérdida del sabor y la aparición de gustos desagradables. La inyección de nitrógeno combate estos efectos.
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